CAMI utiliza la ósmosis inversa en el tratamiento del agua para eliminar los fosfatos, el calcio, los metales pesados y casi todas las moléculas contaminantes.
La ósmosis inversa se realiza con una membrana que mediante presión retiene el soluto impidiendo su paso, permitiendo que se obtenga el disolvente puro.
Las membranas que se usan en la ósmosis son generalmente de poliamida, seleccionada por su permeabilidad al agua, así como por su relativa impermeabilidad a varias impurezas disueltas y a otras moléculas pequeñas que no pueden filtrarse.
Estos equipos cuentan con sistemas de limpieza automáticos que aseguran bajos escapes de carga en el circuito y garantizan altos estándares en la calidad del agua.
Estos sistemas se usan para reciclar agua donde se necesita y también para descargarla en ambientes donde los parámetros establecidos por la ley son muy exigentes y deben cumplirse.
